Cuando instalamos parquet y otros tipos de suelo de madera en nuestra casa siempre llegamos a una pregunta crucial: ¿qué pasa con la habitación de los niños? ¿Debemos también instalar madera allí? Por supuesto, querremos lo mejor para ellos, e intentaremos que esa opción también se ajuste a la línea seguida por el resto de la casa. Hoy te traemos algunas claves que debes tener en cuenta para asegurarte de que su cuarto es un espacio comfortable, adaptado a sus necesidades, habilitado para acoger su descanso y sus juegos y también fácil de limpiar.
En primer lugar, dale mucha importancia a la calidez y textura de la madera. Piensa que sobre ese suelo tus hijos vivirán todo tipo de aventuras. Buena parte de su infancia tendrá lugar sobre él, y por lo tanto es prioritario que estén cómodos y sientan calidez. Por otro lado, los suelos hipoalergénicos son una opción excelente para asegurarnos de que, en caso de que desarrollen algún tipo de alergia, se mantengan a salvo de problemas de salud.
Los suelos laminados son una de las opciones que más nos solicitan para este tipo de habitaciones. Un suelo laminado de buena calidad y bien instalado es una garantía de comodidad par los niños. Para ello, deberemos asegurarnos de que el acabado sea el correcto y que no queden juntas, que el nivel del suelo sea preciso y que el rodapie acabe en canto romo. Estos pequeños detalles ayudarán a crear un espacio seguro. Por eso es muy importante que cuente con el consejo de tu instalador de confianza, quien deberá guiarte en todo momento.
Los pavimentos sintéticos, por su parte, son seguros, resistentes, impermeables e higiénicos. Por lo tanto, también son perfectos para este tipo de instalaciones. Pero además, su mantenimiento es de lo más sencillo, ya que bastará pasar una mopa de microfibra y lavarlos con agua para que vuelvan a estar listos para otra sesión de juegos.
Cualquiera de estas posibilidades nos permitirá estar tranquilos y dejar que los pequeños jueguen sin tener que preocuparnos por nada. Un último aspecto a tener en cuenta: al elegir el tono de la madera tendremos en cuenta que hoy son niños, pero que crecen muy rápido y que esa habitación deberá adaptarse a ese crecimiento. Por lo tanto, siempre es recomendable no lanzarse a apuestas estéticas demasiado arriesgadas. Colores clásicos o neutros equivalen aquí a pisar sobre seguro y no tener que abordar cambios radicales en un futuro no tan lejano.
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