Elegir el color para pintar la habitación de un bebé parece bastante fácil, pero es aconsejable que leas estas pautas antes de decidirte:
1 | Tonos suaves y claros
Puede que pensemos en la habitación de un niño como un sitio divertido, lleno de vida y colorido, pero elegir un tono suave ayudará al bebé, y sus padres a estar más relajados. Los colores se asocian a nuestro estado de ánimo y nos transmiten sensaciones, por ejemplo:
El color azul transmite armonía y protección.
El naranja contagia alegría y la vitalidad.
El violeta provoca curiosidad.
El amarillo estimula la actividad mental.
El verde hace que todo sea fluido y relajante.
El rojo estimula la energía y la acción.
El objetivo es conseguir un ambiente cálido y agradable, que invite a la relajación y al sueño, para ello son mejores los colores suaves y claros, aunque esto provoque que el que acabe dormido sea el padre mientras intenta dormir al hijo.
Los tonos oscuros tienen más carácter y fuerza decorativa siendo menos aconsejables para dormitorios de bebés.
Además los colores suaves y claros darán más importancia a los muebles, complementos, vinilos,… con los que completemos la decoración.
2 | Equilibrio y contraste
Busca un color base sobre el que girará toda la decoración. Lo puedes combinar con otros colores de la misma gama o que sean complementarios (opuestos en la escala cromática) pero siempre busca un equilibrio. La armonía transmite seguridad.
Utilizar un color y combinarlo con blanco siempre será un acierto.
Una pared con un tono o un motivo diferente, nos ayudará a acentuar un cierto espacio en una habitación.
Un color hasta una altura y el resto en otro tono en habitaciones con techos muy altos, las hará más acogedoras.
3 | Complementos
Vinilos decorativos, cuadros, adornos y por supuesto el mobiliario… deben combinar o contrastar con el color de base elegido.
4 | Luminosidad y tamaño de la habitación
Cuanto más pequeña o menos luminosa sea la estancia, debemos escoger colores más claros y preferiblemente cálidos (naranja, beige, amarillo), ya que esos tonos claros amplían visualmente el espacio.
Los colores fríos como el azul, el morado o el verde hacen el efecto de reducir el espacio. Y también son colores muy indicados si el dormitorio es especialmente caluroso.
Los colores fuertes u oscuros de cualquier tonalidad (rojo, verde, naranja, azul…) se recomiendan solo para habitaciones amplias que reciban buena luz natural y no en todas las paredes.
También a pintura del techo tiene su importancia. Cuando éste se pinta de un tono más claro que las paredes o en blanco, se crea un efecto elevador que amplía de forma visual la altura del cuarto. Por el contrario, si el techo se pinta más oscuro que las paredes se crea un efecto de acercamiento, se «reduce» el espacio.
5 | Feng Shui
¿Conoces el feng shui? Se trata de una filosofía milenaria originaria de China que armoniza nuestra energía con la de nuestro hogar.
A la hora de decidir los colores, la primera recomendación del feng shui es entender que estás incorporando al bebé a tu casa y a tu vida, no simplemente haciéndole sitio.
La habitación del bebé debe, por tanto, sentirse como parte de la casa y no como un cuarto con un estilo totalmente diferente. Es recomendable escoger colores que estén en armonía contigo y con el resto de tu hogar.
Si quieres seguir las enseñanzas del feng shui, considera colores neutros como el blanco roto, blanco hilo, color lino, beis clarito o tonos piedra muy claros. También tonos pastel asociados con la naturaleza como el verde pálido y el azul claro, que representan la llegada de la primavera, el renacer de una nueva vida y transmitirán energía positiva al cuarto del bebé.
Según el feng shui es mejor evitar el amarillo y las tonalidades rojizas.
Todas las imágenes de este post son de nuestros proveedores Muebles Ros, Kazzano y Muebles JJP, y tienen la peculiaridad de ser transformables para que en un futuro la habitación de tu bebé crezca con él.
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