Imagen: Plage Vinilos y Adhesivos Las habitaciones infantiles exigen suelos y paredes que resistan el frenético ritmo de los niños. El cuarto de los más pequeños de la casa “sufre” a diario los juegos, saltos, revolcones e inspiraciones artísticas de estos. Con chocolate, pintura o plastilina en la mano no hay superficie a salvo de manchas y garabatos. Para mantener paredes y suelos en perfecto estado, hay que elegir revestimientos resistentes, duraderos y, sobre todo, lavables.

Pinturas para habitaciones infantiles

Una de las mejores opciones para revestir las paredes de las habitaciones infantiles es utilizar pinturas resistentes al lavado. Plásticas o de látex, son fáciles de aplicar y de limpiar: basta con pasar un trapo humedecido con unas gotas de jabón líquido sobre las manchas. Para evitar que queden marcas, hay que limpiar la pared desde abajo hacia arriba.

Otra opción para este tipo de estancias y sus moradores es la pintura de pizarra. Disponible en varios colores, esta pátina se puede aplicar también en puertas y muebles, toda una provocación para los pequeños "picassos". La pintura de pizarra se debe aplicar en superficies lisas y, una vez seca (deben transcurrir 5 días desde su aplicación), solo se necesita un paquete de tizas de colores para ponerse manos a la obra. Se limpia con un paño suave o un borrador.

Una alternativa segura y muy divertida para decorar una habitación infantil es convertir una o varias paredes en un imán gigante. Con la pintura magnética, los niños podrán colgar dibujos y fotos sin necesidad de usar chinchetas o clavos. La pintura en sí no supone ningún peligro para los más pequeños, ya que no contiene plomo ni es inflamable. Está compuesta por resina de acrilato y unas partículas metálicas muy pequeñas, encargadas de atraer los imanes.

Papeles pintados a prueba de niños

Un revestimiento muy apropiado para este tipo de estancias es el papel pintado lavable. Este material puede estar cubierto con una capa transparente de acetato de polivinilo o con una película protectora de cloruro de polivinilo (papel vinílico). En ambos casos, el papel es impermeable y, por tanto, lavable.

No obstante, para acertar en la elección, conviene comprobar si los símbolos impresos en el papel indican si se puede lavar o no. En caso afirmativo, debe detallar cómo se hace. Si el revestimiento es lavable, se puede limpiar con un paño humedecido en agua jabonosa. Para no dejar cercos en el papel, conviene aclarar y secar la zona.

Suelos para jugar y saltar Para evitar la formación de hongos, bacterias y manchas, es preferible que los pavimentos de las estancias destinadas a los más pequeños de la casa se hayan sometido a tratamientos higiénicos que repelan la suciedad. Una de las opciones más acertadas para revestir este tipo de suelos son los pavimentos vinílicos, ya que son duraderos, resistentes al desgaste, impermeables y fáciles de limpiar. Una de las opciones más acertadas para revestir este tipo de suelos son los pavimentos vinílicos Otro pavimento que destaca por su dureza frente al paso del tiempo y los posibles daños es el linóleo. Este revestimiento está elaborado con derivados de la madera y diferentes resinas que garantizan una alta resistencia al desgaste y un sencillo mantenimiento diario. Un material natural y cálido, muy apropiado para los niños, es el corcho. Este revestimiento destaca por su flexibilidad, su impermeabilidad, su resistencia al paso del tiempo y al desgaste, y su sencillo mantenimiento. Los suelos de corcho tienen también una capacidad natural para absorber ruidos e impactos, circunstancias muy habituales en estancias con niños. Las moquetas también pueden resultar muy útiles por su calidez en cuartos infantiles, donde los niños a menudo juegan en el suelo. No obstante, esta no es la opción más adecuada si los pequeños padecen asma u otros problemas respiratorios.

Mollie Pettersson
Mollie Pettersson

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