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Una de las tareas que más ilusión genera a los padres, una vez que sus hijos dejan la cuna, es la de decorar la habitación infantil para dotarla de un ambiente juvenil, divertido y más apropiado en el que el pequeño se sienta cómodo.

El mobiliario es la partida que más inversión se lleva, pero también es importante elegir bien la ropa de cama infantil. Este es uno de los aspectos más visibles en la decoración de cualquier dormitorio y el primer elemento que atrapa la atención de los niños y, aunque no siempre es fácil, con los consejos que os proponemos, esta tarea será mucho más sencilla y cómoda.

¿Qué prendas son necesarias?

En primer lugar debemos seleccionar las prendas más habituales, entre las que encontramos colchas, fundas nórdicas y edredones, sábanas y sacos nórdicos con cremallera.

La industria textil se ha modernizado mucho y en la actualidad es habitual encontrar colchas que incorporan un pequeño relleno acolchado que ejerce la misma función que una manta, lo que implica reducir el uso de las mismas. Para los meses más fríos lo normal es utilizar algún edredón o funda nórdica infantil. Durante la década de los 90 el edredón emergió como una alternativa muy aceptada por los consumidores, pero a partir del 2000 aterrizaron en nuestro país las fundas nórdicas que se importaban en un inicio de los países del norte de Europa.

Hoy en día se llama funda nórdica a cualquier cubrecama cosido por tres lados y que dispone de un cuarto extremo libre para introducir un relleno. Eso sí, no todas las fundas nórdicas proceden de países nórdicos, de ahí que también se denominen funda – edredón o edredón nórdico. A nivel decorativo las fundas nórdicas ofrecen un estilo más elegante y moderno que los edredones y son más transpirables, de ahí que estén ganando la partida.

Un textil que guarda mucha relación con los edredones y las fundas nórdicas son los sacos nórdicos con cremallera, que tienen la particularidad de poder unirse con la sábana bajera. Se trata de una prenda de cama que empezó a utilizarse para cunas, y con ellas los bebés podían moverse libremente sin destapar por completo su cuerpo.

Pero no podemos dejar de hablar de las sábanas, ya que también son un elemento textil principal en la cama. Es recomendable tener varios juegos de sábanas con diseños infantiles que combinen con la decoración de la habitación y que al mismo tiempo sean cálidos o frescos para utilizar en las distintas épocas del año.

Algodón, el material que genera menos irritación

Si hablamos de materiales textiles para camas infantiles, una recomendación imprescindible es que al menos las sábanas sean 100% de algodón. Las sábanas están en contacto directo con la piel del niño y usar un material hipoalergénico evitará posibles irritaciones y desarrollo de alergias.

En el mundo del textil, y especialmente a la hora de decorar camas infantiles, es muy frecuente que muchas colchas, edredones y fundas nórdicas estén estampadas con colores y diseños llamativos. Más allá del material, es importante conocer si los textiles incluyen tintes hipoalergénicos para que no provoquen alergias.

Si el fabricante ha elaborado sus productos en un país europeo, lo más normal es que estos hayan sido sometidos a importantes controles de calidad, por lo que no debería existir ningún tipo de problema.

Rellenos extraíbles

Otro elemento a considerar en la elección de ropa de cama infantil es el tipo de relleno. En el mercado hay fundas nórdicas muy baratas pero que resultan finas y con poca capacidad de aportar temperatura.

Del mismo modo es muy importante elegir un revestimiento que permita extraer su relleno, para que sea así más fácil lavar el tejido y que se seque más rápidamente para cambiar de modelo de funda, sin necesidad de tener más rellenos ocupando espacio en la vivienda.

Consejos de mantenimiento

Como recomendación final ofrecemos algunos buenos hábitos para conservar por más tiempo la ropa de cama en perfecto estado. Por lo general las sábanas no suelen terminar demasiado sucias o con manchas difíciles, pero aún así es importante lavarlas con agua templada o caliente, entre unos 40 o 60ºC, para eliminar las bacterias, los ácaros y hacer desaparecer todos los restos de suciedad, incluso la más invisible.

Cuando se lave la ropa no se deben usar lejías ni productos similares, que acaban dañando los tejidos y el color. Una vez fuera de la lavadora lo mejor es secar la ropa a temperatura ambiente porque, en caso de que haya que usar la secadora, algunas prendas de algodón orgánico pueden encoger algo su tamaño. También es recommendable revisar las etiquetas antes de poner la lavadora, porque muchas veces en dichas etiquetas se añade información que nos especifica si las prendas necesitan algún cuidado especial o no. Finalmente, a la hora de planchar, insistimos en la necesidad de usar una temperatura media.

Así, y siguiendo estas sencillas recomendaciones, podemos vestir una cama infantil hoy en día con un montón de opciones para que los pequeños duerman cómodamente y el dormitorio mantenga un estilo con el que se identifiquen y se sientan cómodos además de seguros.

Mollie Pettersson
Mollie Pettersson

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