A la luz de estos datos, es obvio que mejorar la calidad del sueño debe ser una prioridad para cualquiera y que debe cultivarse y cuidarse especialmente en familia porque al mirar por grupos de edad se aprecia que hay factores que cuidar y mejorar para que el descanso de todos sea lo mejor posible, y así cuidar la salud y el bienestar de todos los habitantes de la casa. Aunque las recomendaciones son aplicables para todos independientemente de los años, hay consejos especialmente importantes en cada franja de edad. Por ejemplo, en el caso de los niños y adolescentes es fundamental limitar la exposición a la tecnología en las horas previas a irse a dormir para evitar problemas de sueño ; para los adultos, una habitación ordenada y una cama que cubra las necesidades de ambos cónyuges de forma individual para evitar incomodidades y conflictos; y para los más mayores, asegurar el confort térmico y un colchón que permita el mejor descanso.

Lo primero, básico e imprescindible para descansar es una cama y un buen colchón, claro. Pero cada miembro de la familia necesitará uno que se adapte a cada situación. Para los bebés, en el caso de que duerman en cuna, esta deberá cumplir con todos los requisitos de seguridad para evitar ningún accidente con un colchón firme y con buena ventilación para facilitar la regulación de la temperatura y evitar que se acumulen malos olores.

En el caso de los niños algo más mayores, es importante que tengan espacio suficiente para jugar libremente en su dormitorio. En estos casos, camas plegables, camas nido con espacio para almacenaje o literas que permitan un doble uso del espacio (arriba para dormir, abajo para jugar) pueden ser una buena opción. Para los adolescentes, las camas con almacenaje pueden ser también una buena idea, facilitándoles mantener el orden a su alrededor, además de adaptar el colchón a sus necesidades a medida que van creciendo.

Para las parejas que comparten cama es importante recordar que para asegurar el descanso individual cada uno debe tener su almohada, e incluso se pueden combinar dos colchones si uno prefiere un material más blando y otro más firme que se adapte a su postura de dormir. Además, los colchoncillos o son perfectos para que no se note la separación sin restar un ápice de comodidad. También es buena idea tener dos edredones distintos para evitar peleas, especialmente si las necesidades térmicas de cada uno son diferentes.

En cuanto a las personas más mayores, las necesidades se centran en elegir bien la firmeza del colchón. A medida que cumplimos años el tono muscular disminuye y necesitaremos un colchón de firmeza media, que no sea demasiado blando como para favorecer malas posturas, ni demasiado duro como para producir dolor en los puntos de apoyo.

En resumen, como dice Raquel González, responsable de confort y descanso de IKEA Ibérica, “a través de la selección del colchón, la almohada y edredón creamos nuestro confort personal. La elección del mobiliario, textiles de cama y cortinas será la clave para crear un espacio único con un estilo que nos identifique y en el que nos sintamos cómodos”.

Mollie Pettersson
Mollie Pettersson

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