Todos sabemos lo importante que es dormir bien y descansar por las noches. Y para lograr este descanso nocturno reparador hay varios factores que debemos tener en cuenta. Uno de ellos es acertar a la hora de elegir la ropa de cama. Aquí tienes algunas recomendaciones para dar en la diana.
Un ambiente sereno y tranquilo en el dormitorio, un colchón adecuado, nada de ruidos que puedan alterar nuestro sueño… Son muchas las variables que influyen en que nuestro descanso sea más o menos bueno. Y elegir la ropa de cama con acierto es uno más.
Y no es que sea difícil o complicado hacerlo bien, pero sí es necesario tener una mínima información antes de ir a comprar sábanas, colchas o edredones. Con los consejos que te ofrecemos hoy te resultará realmente fácil conseguir la ropa de cama más adecuada a tus necesidades y preferencias.
Al elegir la ropa de cama apuesta por la calidad
Cuando se trata de dormir a gusto y confortable tan importante es hacerlo en un buen colchón y con un somier firme, como que la ropa de cama sea de calidad, cómoda y adecuada. Y para que esto sea así, lo mejor que puedes hacer es optar siempre por la calidad. Ten en cuenta que no necesitas tener un montón de juegos de sábanas, ni colchas ni fundas nórdicas.
En cuanto a las sábanas, con dos juegos de quita y pon será suficiente para empezar. Eso sí, elige unos buenos y no te arrepentirás. En cuanto a la colcha, con una es suficiente. Si es fina, puedes completarla en invierno con una manta cálida. Después, con el tiempo podrás hacerte con una colcha más gruesa para invierno, o con un edredón calentito.
Antes de salir de compras y tener que elegir la ropa de cama en la tienda, conviene que sepas algo más sobre las fibras textiles y los tejidos. Has de saber que existen fibras naturales y sintéticas, y que ambas tienen ventajas e inconvenientes.
Las fibras sintéticas no resultan tan frescas y transpirables como las naturales, y su tacto es diferente. Sin embargo, cuando se lavan se secan antes y, sobre todo, se reduce el planchado, ya que se arrugan menos. Se trata, en la mayoría de los casos, de poliéster que suele ir mezclado con algodón.
Después están las fibras naturales: algodón, lino y seda. El algodón es la fibra textil natural más habitual. Las sábanas de algodón son muy transpirables y duraderas, y también fáciles de lavar, aunque se arrugan más que las sintéticas.
El lino, otra fibra natural, tiene entre sus ventajas que regula muy bien la temperatura corporal, por lo que es fresco en verano y cálido en invierno. Lo malo es que se arruga muchísimo y plancharlo es costoso.
La seda, aunque menos frecuente, también se emplea para ropa de cama, casi siempre mezclada con algodón para que sea más resistente.
Número de hilos: más no es siempre mejor
El llamado conteo de hilos de un tejido es el número de hilos que tiene en horizontal y vertical por pulgada cuadrada (6,45 centímetros cuadrados) de tela. Tradicionalmente se ha creído que cuanto mayor era el número de hilos, mayor era también la calidad del tejido.
Sin embargo, esto no es siempre así. Si los fibras de la tela son de mala calidad, eso no cambiará porque tenga un número elevado de hilos. Por eso, es preferible un número de hilos menor pero de buena calidad.
A la hora de elegir la ropa de cama, ten en cuenta que un número más que adecuado de hilos para una sábana es 200, siempre que estos sean de calidad.
Una vez elegidas las sábanas, le toca el turno al resto de la ropa de cama. Tendrás que decidir si quieres poner una colcha o si prefieres una funda nórdica. O quizás te convenga más un edredón. Todo depende de lo caluroso o friolero que seas, de la temperatura nocturna que tengas en casa y de tus gustos particulares.
Las colchas suelen ser bastante finas y, más que para abrigar, se colocan para cubrir las sábanas con una función decorativa. No obstante, las hay acolchadas que son más gruesas. Son los conocidos como , o cobertores acolchados que llevan un acabado con pespuntes.
Los edredones, por otro lado, son una especie de colcha aunque más gruesa que suelen ir pespunteados. Esto es para que el relleno del interior no se desplace ni se arrugue. Pueden ser de una sola pieza, o con volantes laterales (que no van acolchados).
La funda nórdica cobró gran relevancia hace décadas y aún la mantiene, aunque no con tanto tirón como ha tenido en el pasado. Se trata de dos telas unidas por tres de sus cuatro lados. En el lado restante hay una abertura por la cual se introduce el relleno nórdico, que es lo que realmente abriga. Hay muchas clases de relleno: de fibras sintéticas, de plumas, de ambos materiales mezclados en diferente proporción, etc.
Sea como sea, es importante tener todos estos aspectos en cuenta a la hora de elegir la ropa de cama. ¿Cuál es tu favorita?
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