Cuando un bebé llega a la familia tenemos que proporcionarle un espacio acogedor y agradable que le brinde seguridad y confort.

La habitación de la casa que se destine al cuarto del bebé debe cumplir ciertas premisas para satisfacer sus necesidades, tanto durante los primeros meses de vida como más adelante.

Allí dormirá, jugará, leerá y pasará buena parte de su tiempo. Por eso, daremos algunas claves sobre cómo debe ser la habitación del bebé.

Elegir la habitación para el bebé

El cuarto del bebé debe recibir luz natural, buena ventilación y ser lo más silencioso posible.

Si tenemos la posibilidad de elegir, que sea de dimensiones amplias pero que la amplitud no le haga perder intimidad. Que no sea tampoco demasiado fría ni demasiado calurosa. La temperatura ideal para que el bebé duerma es de 20-22 ºC.

También es muy importante, aunque practiquéis colecho el tiempo que deseéis, que la habitación del bebé esté lo más cerca posible de la de los padres.

Las paredes de la habitación del bebé

La decoración de las paredes de la habitación es lo primero que hay que decidir y en base a ello planear el resto de la habitación.

Primero hay que decidir el color predominante. Para los primeros años son preferibles los colores neutros que transmiten armonía y serenidad como el beige, el habano, el verde claro, el gris claro o si ya sabemos el sexo podemos optar por los tradicionales rosa y azul pero en tonos pastel.

Más o menos después de los dos años podemos aportar notas de color más fuertes para estimular su creatividad. No debemos olvidar que el cuarto también es lugar de juegos.

Luego, es muy importante el tipo de pintura. Son preferibles las pinturas al agua, no tóxicas y lavables, mejor aún si es una pintura ecológica libre de metales pesados.

En el caso de elegir papel para decorar las paredes, éste debe ser lavable, especialmente para cuando comience a dibujarlo todo.

Cuando el niño sea un poco más mayorcito podemos optar por un tipo de pintura lúdica como la pintura de pizarra. O bien podemos pegar en las paredes vinilos decorativos que le aportan un toque original a la habitación y además entretienen.

Una vez listas las paredes se puede optar por decorarlas con una composición de cuadros con motivos infantiles o con fotos del bebé, pero sin recargar. Los vinilos también son una buena opción pero tienen la desventaja de que si nos aburrimos pronto también debemos cambiar la pintura.

La iluminación del cuarto del bebé

Si la habitación no es demasiado grande, basta con una luz cenital y una luz indirecta. Hay que aprovechar al máximo la luz natural que entre por las ventanas, por eso las cortinas deberían ser translúcidas y ligeras en tonos claros.

Es preferible evitar los tubos fluorescentes y las lámparas halógenas.

En cuanto a la instalación eléctrica hay que tener sumo cuidado de que no quede ningún cable a alcance del niño y que estén siempre fijados a la pared.

El suelo de la habitación del bebé

En cuanto al suelo las premisas fundamentales son seguridad y limpieza ya que en cuanto empiece a gatear y luego a andar el niño estará en permanente contacto con el suelo.

Las moquetas mejor descartarlas pues acumulan ácaros, y en caso de poner alfombras elegir aquellas que sean lavables.

También es importante que se trate de un material resistente y duradero para soportar los ajetreos de los niños. Una buena opción, además de decorativa, es el suelo de linoleum.

Cumplidos los primeros meses del bebé podemos optar por cubrir una zona de la habitación con una alfombra de goma, una superficie blandita y segura que debemos limpiar con frecuencia.

Los materiales de la habitación del bebé

Al elegir los muebles, es mejor decantarse por las maderas macizas con acabados naturales, evitar los aglomerados y los barnices.

En cuanto a los textiles, tanto la ropa de cama como las cortinas y las alfombras deberían ser de fibras naturales como el algodón para evitar alergias. También hay que tener en cuenta que sean fácilmente lavables, cuando se trata de niños es primordial.

Los muebles de la habitación del bebé

La acertada elección de los muebles es clave. No debemos recargar la habitación creyendo que así se verá más completa y bonita. Recordemos que menos es más.

Durante el primer año basta con una cuna (el mueble estrella), una cómoda o mueble cambiador y si tenéis sitio, acaso un ropero. Más adelante será necesario un mueble para guardar los juguetes y si hay espacio un escritorio, una mesa con sillas para que el niño juegue o armar un rincón de lectura.

Hoy en día podemos encontrar muebles convertibles que son ideales para la habitación infantil pues acompañan el crecimiento del niño. Hay muchos padres que se decantan por las cunas convertibles, pero otros dudan de su practicidad y escogen armar la habitación con los muebles por separado.

Fotos | freepik, wirestock -

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Mollie Pettersson
Mollie Pettersson

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