La decoración en el hogar va más allá de una simple cuestión estética. Un entorno agradable y armonioso donde se conjuguen orden y decoración ayuda a mejorar el estado de ánimo y esto se traduce en mayor serenidad y relajación.
La opción contraria, el desorden y una decoración descuidada, con muebles mal ubicados, una combinación poco afortunada y poco espacio en las estancias de la vivienda nos pone de mal humor. Mantener un espacio limpio contribuye a poner orden en el cerebro.
Esta relación se refleja claramente en los armarios, muebles que son imprescindibles para almacenar pertenencias, en este caso ropa y zapatos, bien almacenados y ordenados. Hoy nos centramos en algunos consejos para elegir el color de este elemento de la mano de
¿Cómo es la habitación en la que va el armario?
No es lo mismo un armario en una habitación para un adolescente que este mismo mueble en un dormitorio de matrimonio o en el espacio escogido para alojar a invitados. En la elección del color dependen, obviamente, la idea de mantener un estilo generalizado en toda la vivienda pero también darle un toque de personalidad a cada estancia.
Así, para un armario de dormitorio son más aconsejables colores sobrios y oscuros, mientras que en habitaciones infantiles o para adolescentes la opción de los colores más vivos e intensos, incluso más divertidos, es una buena alternativa.
Además, si es una habitación infantil, es posible que se cansen o evolucionen con sus gustos, y que pasen de tener unos héroes en su infancia a pasar por gustos distintos en su adolescencia. En el caso de la habitación para invitados, como se suele usar con menos frecuencia, los colores neutros, más atemporales, son ideales. Aquí entran el blanco, el beige, los tonos provenzal e incluso el gris.
La cantidad de luz
La iluminación es otro aspecto a controlar, especialmente la cantidad de luz natural. Si hay poca luminosidad, y a esto se suma la reducción de espacio disponible, es recomendable utilizar colores claros que terminan dándole una luz extra de la que carece la estancia por sí misma.
Cuando estamos ante la situación contraria, grandes ventanales, las opciones se amplían. Los tonos amaderados, que son muy sobrios y elegantes, son una elección acertada, pero también podemos optar por distintos tonos de negro con mucho brillo.
Esta misma idea se repite en función del tamaño de la habitación. Si el espacio disponible es pequeño, más allá de incluir un mueble funcional pero de tamaño reducido, no deberíamos apostar por tonos oscuros. Con espacios más amplios, la gama cromática posible es también mayor, pero con ello aumentan las opciones de errar en la decisión.
¿Qué ocurre con las tendencias?
¿Y qué sucede con las tendencias? Cada año en decoración aparecen nuevas tendencias que afectan a la industria del mobiliario. En la actualidad es muy habitual combinar varios tonos de madera y armarios de madera lacada, pero no hay que dejarse atraer mucho por esta práctica, o al menos tener en cuenta que las modas son cíclicas, y lo que ahora es tendencia, puede que en poco tiempo ya no lo sea.
Si un armario va a tener una vida media de unos 20 años, cuestiones como la adaptabilidad del mueble son también importantes. Si la familia va a crecer, habrá que tener esta idea en cuenta. Si hay niños pequeños en casa, se van haciendo mayores y hay que interiorizar la idea de que en los próximos años quiera un cambio por completo en su habitación, que es su espacio personal.
De este modo, al elegir el color del armario, una buena idea es decantarse por modelos monocromáticos, de carácter neutro, que estén abiertos a cambios de color o modificaciones en su aspecto estético.
Los consejos finales
Todas estas recomendaciones se resumen en un pequeño decálogo que se sintetiza en pocas líneas. Al elegir el color del armario hay que pensar en la ubicación y el espacio disponible. Si no se tiene claro qué color elegir, los colores neutros combinan con prácticamente cualquier estilo decorativo.
No obstante, no hay que olvidar que el armario es un elemento más de la habitación y hay que insertarlo en la decoración como mueble central. Por ello hay que elegir colores acordes que generen un impacto visual elegante.
Si el armario tiene puertas correderas, conviene no mezclar colores antagónicos entre sí, para evitar un efecto muy antiestético. El espacio reducido de la habitación, en caso de optar por puertas correderas, se puede contrarrestar con espejos en el frontal, para ganar sensación de espacio.
Y por último, hay que tener siempre presente que los armarios son muebles vivos, que evolucionan como el resto de la vivienda. No hay que tener miedo a cambiar de estilo, pero ese estilo ha de ir acorde con el resto de la habitación.
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