Antes de salir corriendo a la tienda en busca de la funda nórdica que más te ha gustado, unos consejos prácticos muy rápidos:
Lisa, acierto seguro
Sí, las fundas nórdicas con motivos o dibujos son irresistibles. Pero antes de decir "¡me la llevo!" piensa en la decoración de su cuarto, en los colores que predominan, en las cortinas y demás textiles. Si su habitación es monocromática, una funda con motivos coloristas le sentará a las mil maravillas, pero si hay muchos elementos de color (que es lo habitual, aunque solo sea por sus juguetes) quizás será mejor que apuestes por un diseño liso y de tonos suaves.
Reversible, dos por uno
Otra opción que es un win win es elegir un modelo reversible. Hoy en día muchos diseños con motivos y estampados presentan un reverso liso. Así tienes dos fundas muy distintas en una sola. ¿Que te has cansado de tanto dibujito? Le das la vuelta y listos.
Todoterreno, lo agradecerás
No solo debe poder lavarse sin problemas en la lavadora, sino que debe ser fácil de cuidar. Y por eso entendemos: ser compatible con la secadora (en invierno lo agradecerás), no arrugarse demasiado (evita tejidos que necesiten sí o sí la plancha, como el lino) y poder lavarla de manera puntual con lejía o productos antimanchas sin que se deteriore. En la cama, los peques juegan, comen, se suben con los zapatos de la calle, ¡incluso algunos dibujan! Así que las manchas son muy habituales. Las fundas de algodón son una buena elección, porque aúnan un fácil mantenimiento con un tacto agradable.
Y si tienes dudas sobre qué relleno elegir, ahí van unas claves para acertar:
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